TECNICA PARA POTENCIAR PUNTO "G" EN LAS MUJERES
Un médico bogotano ha intervenido a 500 mujeres en 4 años, otro de Pereira atiende hasta 4 por mes.
Diez minutos: eso tarda, en promedio, un procedimiento que, a juicio de un creciente número de mujeres, marca un antes y un después en su vida sexual. Se trata de una técnica que ha ido ganando adeptas en Colombia, y que los especialistas promueven como el 'aumento del punto G'.
El ginecólogo Pablo González Isaza, quien se entrenó en República Dominicana para realizar este procedimiento -creado por el estadounidense David Matlock hace 15 años- sostiene que en su consultorio de Pereira atiende de dos a cuatro mujeres al mes, entre los 25 y los 40 años de edad, que llegan buscando esta intervención (ver 'En esto consiste la técnica').
Valeria, de 30 años, es una de sus pacientes. El comienzo de una relación sentimental fue una de las motivaciones que tuvo para someterse a esta técnica.
"Estoy en una relación muy estable, pero casi no tenía orgasmos. Sabía que ni él ni yo estábamos satisfechos por completo, y eso me hacía sentir mal", cuenta esta bogotana, que asegura que el sexo es más intenso y duradero desde que se sometió al procedimiento.
Jorge García Pertuz, ginecobstetra de la Universidad del Rosario y experto en rejuvenecimiento y diseño estético vaginal, asegura que ha aplicado esta técnica a cerca de 500 mujeres en el país, durante los últimos cuatro años.
García Pertuz, que hace parte de los cientos de especialistas de todo el mundo entrenados por Matlock en Estados Unidos, explica que "el punto G es un área ubicada en la cara anterior de la vagina, que no es fácilmente localizable desde el punto de vista anatómico. Eso no quiere decir que no exista... De hecho, conozco mujeres que con toda certeza dicen tenerlo, porque lo perciben. Mi trabajo consiste en aumentar esa zona".
Atribuye la expansión de la técnica en Colombia al hecho de que las mujeres "quieren experimentar otras cosas y saben que la vida sexual y el placer son importantes para su calidad de vida".
García Pertuz y González no son los únicos que aplican esta técnica en Colombia. Como ha ido despertando el interés de las mujeres, afirman ellos, cada vez hay más personas que la ofrecen.
"Por esa razón -advierte García- es muy importante que quien vaya a recurrir a estos procedimientos verifique antes que el profesional es un ginecólogo u obstetra calificado y entrenado, y que el sitio donde los practica está debidamente habilitado por la respectiva Secretaría de Salud".
Dueñas de su sexualidad
Más allá de las consideraciones médicas, ¿por qué las mujeres parecen prestarle cada vez más atención a su vida sexual? "Porque en esta generación muchas quieren ser dueñas de su sexualidad", responde la psiquiatra Olga Albornoz.
"A diferencia de lo que ocurría con sus abuelas -agrega-, que eran controladas por sus familias y sus parejas, y censuradas por la sociedad, las mujeres de hoy reclaman el derecho al disfrute sexual".
Para la especialista, el avance de esta clase de técnicas también se explica por el afán de las mujeres de darle un vuelco sustancial a su vida sexual.
"Muchas prefieren saltarse la etapa de explorar con su pareja y buscan un método para mejorar las cosas en forma rápida o instantánea", concluye.
Andrea, de 38 años, dice ser consciente de lo polémicos que pueden ser estos procedimientos; no obstante, para ella lo que cuenta es el resultado: "Siempre tuve dificultades para lograr un orgasmo, así que cuando supe que había una forma de mejorar el problema, decidí aprovechar. Mejoró definitivamente mi vida de pareja, y eso es lo que importa".
¿Al fin existe o no existe?
En materia de sexo, puede decirse que el mundo se divide entre los que creen en la existencia del punto G -una zona específica de la vagina cuyo estímulo produciría orgasmos frecuentes e intensos- y aquellos que aseguran que no es más que un mito.
El médico Jesús A. Ruiz, especialista en reproducción humana y cosmetoginecología, sostiene que, a la luz de la evidencia científica disponible, no hay bases anatómicas, biológicas ni fisiológicas que demuestren, a satisfacción, que el punto G existe.
Aclara, no obstante, que sí hay mujeres que presentan mayor sensibilidad vaginal que otras. "Ubicar la zona en cuestión requiere, necesariamente, la autopercepción de cada mujer", agrega.
El especialista hace un énfasis especial en que las mujeres no deben condicionar el logro del orgasmo a la identificación y estimulación de un punto G.
La técnica consiste en ubicarlo e inyectar
El procedimiento es ambulatorio y tarda entre ocho y diez minutos.
Antes de que se lo practiquen, la mujer debe someterse a una valoración ginecológica previa, durante la cual ella misma ayuda a identificar la zona de mayor sensibilidad dentro de su vagina. "Lo ideal -explica el ginecólogo Pablo González- es que la paciente ya sepa dónde está esa zona, lo cual sólo se logra con el autoconocimiento de su cuerpo". Una vez ubicado el lugar -que tiene una mayor concentración de fibras sensoriales-, se inyecta con sustancias como ácido hialurónico y colágeno, que aumentan su volumen. Con el paso de los meses, esos compuestos son absorbidos por el cuerpo. Lo que se busca es que, durante el coito, esta zona se estimule más y le permita a la mujer tener relaciones más placenteras y una mayor posibilidad de experimentar orgasmos.
Aunque rara vez hay problemas, los riesgos comprenden la alergia a los compuestos usados y la lesión de órganos aledaños, como la uretra y la vejiga. De allí la importancia de que el profesional sea un especialista calificado y entrenado.
Hay vida más allá del quirófano
Terapia psicológica y autoconocimiento del cuerpo
Según Ezequiel López, psicólogo y sexólogo clínico, procedimientos como el agrandamiento del punto G causan mucha controversia dentro de la sexología. "Es un error que las mujeres piensen que estos tratamientos son una solución mágica para sus problemas de satisfacción sexual, pues ésta es fruto de un proceso a veces largo y concienzudo, de ellas y de sus parejas. Ninguna inyección va a recorrer ese camino por nosotros", subraya. El especialista recuerda que la psicología ofrece técnicas a las que se puede recurrir, como la terapia psicosexual y el autoconocimiento del cuerpo.
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