HOMBRE PIDE AYUDA PARA MANTENER SUS 28 HIJOS
Foto: Juan Carlos Quintero / CEET
José Alejandro Montaño acompañado con tres de sus 28 hijos. Vive en Palmira (Valle) - Colombia y acepta que es padre de tantos por su vida alegre y rumbera
Definitivamente, no hay derecho este tipo de casos.., es increible que para mantener sus hijos pida ayuda.. pero cuando los hizo no pidio ningun refuerzo.. Historia tomada de El Tiempo del 29 de Septiembre de 2.009
José Alejandro Montaño acompañado con tres de sus 28 hijos. Vive en Palmira (Valle) - Colombia y acepta que es padre de tantos por su vida alegre y rumbera
Definitivamente, no hay derecho este tipo de casos.., es increible que para mantener sus hijos pida ayuda.. pero cuando los hizo no pidio ningun refuerzo.. Historia tomada de El Tiempo del 29 de Septiembre de 2.009
José Alejandro Montaño acepta que como producto de su vida alegre y rumbera tiene una de las familias más grandes del municipio.
Pero eso no lo desvela, lo que en realidad le preocupa es que el sector de la construcción ha perdido su dinámica y el trabajo escasea.
Este maestro de la construcción, de 40 años, pide una oportunidad laboral en el extranjero para continuar atendiendo a sus 28 muchachos. "Eran 29, pero la semana pasada murió Andrés Felipe, de 19 años. Era el tercero", dice José Alejandro, quien no entiende porque hay gente que toma a mal su condición.
"Dicen que eso no está bien, otros dicen que no hay problema. Yo digo que cada persona es responsable de sus acciones y yo acepto mi historia, mis hijos llegaron y es lo que hay", dice el maestro de construcción.
En su casa del barrio San Carlos vive con Irma Caicedo, su mujer desde hace 19 años. El techo lo comparten con dos hijos de ella de una relación anterior, tres hijos de él y sus cuatro hijas.
Y aunque la mayoría de las 14 mujeres con las que ha tenido hijos fueron producto de noches de farra, hace poco un desliz estuvo por costarle caro su convivencia con Irma.
El mayor de sus hijos tiene 22 años y espera poder entrar a la universidad, mientras que el último nació hace un año y fue una niña.
"En realidad lo que me preocupa es poder darles a todos una sana educación y mucho cariño, pero con la situación económica del país la cosa no es fácil. Por eso estoy pidiendo que alguien me ayude a buscar un empleo en el exterior o por lo menos algo fijo en una constructora acá", dice este timbiqueño, criado en Palmira.
Él es uno de los menores de los 20 hijos que tuvieron sus papás. Su padre, ya fallecido, tuvo 17 hijos, y su madre, tres. Pero asegura que lo suyo es mera coincidencia.
"No es que yo aprendiera de mi papá fue el azar el que me dio mis 29 muchachos. Toca llenarse de paciencia, ya no se puede remediar y no voy a 'malayarme' por mis hijos", explica.
En medio de los apuros, lo mejor para José Alejandro son las tardes de domingo. Es el día que logra reunir a la mayoría de sus hijos. Es el momento para recibir la compañía y el cariño de su descendencia.
No en vano, dice el maestro de construcción, si hay algo de lo que no sufrirá nunca es la soledad. "A cada uno le doy lo que alcanzo y sobre todo mucho cariño por eso puedo tener el privilegio de reunirlos el domingo. Así soy feliz", concluye.
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